Hubo un tiempo no muy lejano en el que lo de la contaminación y las medidas de seguridad para evitarla no se tomaban demasiado en serio. Hoy todavía hay quien persiste en el empeño. El caso es que, independientemente de lo que cada cual piense al respecto, han sido las luchas y denuncias de gentes con coraje, y también las víctimas que han quedado por el camino, lo que ha permitido que el tema de la contaminación y sus graves consecuencias sensibilice a mucha gente. Este interesante filme contribuyó, y contribuye aún hoy, eficazmente a ello.
Basada en hechos reales, la cinta cuenta un momento de la vida de Karen Silkwood (1946-1974), (brillante Meryl Streep). Una trabajadora y sindicalista de la empresa de procesamiento de material radioactivo Ker-McGee de Crescent (Oklahoma). Una joven, pues, de 28 años, extrovertida, libre y llena de vitalidad pese a haber acumulado en su vida personal algún que otro fracaso, y que al saberse contaminada por el plutonio buscará con su sindicato y, paradójicamente, enfrentándose a buena parte de la plantilla de trabajadores, responsabilidades patronales y mejoras en los temas de seguridad.
La película, que se inscribe en el cine comprometido de los años 1970, no es una obra maestra, pero tiene el mérito de hacer reflexionar al espectador/a sobre un tema, el de la contaminación nuclear, de tremenda actualidad.
En definitiva, un filme sobre el que no ha pasado el tiempo, y que con un buen guión y unas acertadas interpretaciones nos habla de clase obrera, sindicalismo e intereses capitalistas. ¿Anacrónico? ¿Seguro? A nosotros/as de juzgar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario