Irene (persuasiva Irene Virgüez) es una joven adolescente de 14 años que vive en un centro para menores infractores, y que acaba de quedarse embarazada. Su deseo inmediato es poder dejar el centro y cambiar de vida. Para ello cuenta con la ayuda de Javier (excelente Javier Gutiérrez), uno de los educadores del centro que vive con su esposa Adela (Patricia López Arnaiz) en un paraje agreste en medio de la sierra jienense de Segura. La única condición que impone el docente a la joven es que cuando dé a luz les entregue el bebé que ahora lleva en sus entrañas.
Con esta historia del guionista australiano de origen español Félix Vidal, el cineasta andaluz Manuel Martín Cuenca (El Ejido, Almería, 1964), director de películas tan sugerentes como La flaqueza del bolchevique(2003), Caníbal (2013) o El autor (2017), construye un thriller trepidante alrededor de un tema de candente actualidad: la gestación subrogada. Aunque aquí tratado con ciertas dosis de vileza.
La película con estilo narrativo clásico: introducción, desarrollo, punto de inflexión y desenlace, controla perfectamente el espacio y el tiempo, de tal modo, que el espectador no puede evitar ser atrapado de principio a fin. En buena parte también por el impresionante paisaje magníficamente fotografiado que lo envuelve, y por la música que acertadamente puntúa los momentos de mayor tensión.
Quizás, hasta sin proponérselo, con algo más de profundidad en la psicología de los personajes, Alfred Hitchcock hubiese sido perfectamente alcanzable.
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