Stephen
Frears
(Leicester, 1941), experto y sugestivo cineasta inglés, con
películas en su haber cinematográfico como “Mi hermosa
lavandería” “Amistades peligrosas” o “Philomena”,
explicaba en una reciente entrevista que si se había dedicado al
cine era porque en su época las películas le enseñaban a vivir
mostrando la vida de la gente, mientras que hoy, se lamentaba Frears
a
continuación, sólo buscan el entretenimiento y abstraer al público
de la realidad. Con esa carta de visita, “Negocios ocultos”,
rodada después de los imponentes retratos sociales que son “Ábrete
de orejas” o “Café irlandés”, no podía sino que insistir en
esa vía didáctica. Es decir, mostrar lo que le pasa, o lo que le
puede pasar, a determinada gente en este mundo confuso y convulso.
La
historia que cuenta Stephen
Frears
en esta ocasión es la de Senay (Audrey
Tautou)
y Okwe (magnífico Chiwetel
Ejiofor),
dos inmigrantes clandestinos (ella turca y el nigeriano) que trabajan
en un hotel de Londres en el que ocurren todo tipo de actividades
ilegales. Una noche Okwe descubre algo sorprendente que le conducirá
a un terrible dilema y cambiará su vida para siempre.
Ganadora
de diversos premios, este thriller urbano lleno de giros y sorpresas,
mantiene al espectador/a en vilo hasta el final. Sin duda porque
reúne las tres condiciones básicas de un buen filme: un guión bien
escrito, una historia humana y porque nos habla sin cinismo de la
sociedad en la que nuestros dos protagonistas tratan de sobrevivir.
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