Hace
justo un año, en abril de 2015, el Festival de Málaga de Cine
Español recuperaba de los cajones de la censura franquista y del
silencio que también durante demasiados años le deparó la
democracia, “El mundo sigue”, una perla rara del cine español, y
puede que la película más ambiciosa del director de cine y de
teatro Fernando
Fernán-Gómez (Lima,
1921 – Madrid, 2007). Con ella el cineasta hispano-peruano
completaba, tras “La vida por delante” (1958) y “La vida
alrededor” (1959), su interesante trilogía sobre la sociedad
española de los años sesenta del siglo pasado.
La
película, basada en la novela homónima de Juan
Antonio de Zunzunegui,
y con guión del propio Fernán-Gómez,
cuenta, con un cierto aire de documental, la vida de una familia
humilde compuesta por una madre abnegada, un padre guardia municipal
y sus tres hijos: un varón y dos hermanas que todo las separa, y
cuyo futuro se verá frustrado por los difíciles años de la
dictadura. Unos años que el gran cineasta transcribe magistralmente
en este duro drama naturalista que nada tiene que envidiar de las
mejores cintas del neorrealismo italiano. Siendo en la descripción
patética de la pobreza y la miseria en la que vivían la mayoría de
los españoles en el fascismo: mediocridad intelectual, desdichas,
envidias y fallidas ambiciones, donde reside su extraordinaria
fuerza. Un testimonio capital para que los/as jóvenes, que por
suerte no sufrieron aquel régimen abyecto, entiendan hoy como se
vivía su día a día.
Sin duda nos encontramos ante una obra maestra del cine español, que además de ser una muestra ejemplar de lo acontecido entonces, constituye objetivamente una denuncia inapelable de aquella época. A ver y recomendar.
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