lunes, 30 de marzo de 2015

LA ASOCIACIÓN “CINE Y CHOCOLATE” PROYECTA EL DOMINGO 5 DE ABRIL, EN EL CINE IDEAL A LAS 10H30’, LA PELÍCULA “CENTAUROS DEL DESIERTO” (1956) de John Ford

Centauros del desierto” es una obra de arte. Como lo son el Guernica de Pablo Picasso o la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. ¿Exagerado? Puede que sí. Pero así como el impresionante lienzo del malagueño estremece por los horrores de la guerra y la obra del artista renacentista extasía por su belleza, la historia de la familia Edwards apasiona por su universo denso y poético. En él el ser humano, empapado de la hermosura salvaje de Monument Valley, se convierte en el núcleo central de la narración. Solo cambia la materia para plasmar lo que el genio siente. El celuloide remplaza a la tela y a los frescos, y la acción cinematográfica a la fascinación que la contemplación de lo excelso origina.

La película del maestro norteamericano John Ford (Maine, 1894 – California, 1973) se basa en un hecho real, el de una chica de nueve años, Cynthia Ann Parker, raptada por los indios en 1836, justo treinta y dos años antes de la fecha escogida por Ford para contarnos su conmovedora tragedia. Una trama que arranca con la vuelta de Ethan Edwards (magnífico John Wayne) al hogar de su hermano Aaron y su cuñada Martha, tras el fin de la Guerra de Secesión, en 1868. En el pequeño rancho viven también sus sobrinas Lucy y su hermana pequeña Debbie (sorprendente Natalie Wood), secuestrada por el jefe comanche Cicatriz después de haber asesinado a toda su familia. A partir de ese instante, Ethan Edwards, un hombre asocial y racista, encontrará en el odio y la venganza la razón de su marginada existencia.

Estamos pues ante una película que a sus casi 60 años de edad, sigue emocionando al espectador, sacudiéndole en su asiento y hablándole de algunos temas que preocupan al hombre desde el inicio de los tiempos.

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