A
la pregunta ¿qué es el cine? Bertrand
Tavernier,
director de renombre del cine francés, responde: Elia
Kazan
y “Esplendor en la hierba”. Elia
Kazan
(1909-2003), sin duda, por su contribución original en la dirección
de actores en el “Actor Studio”, y también por su excelente
producción cinematográfica. Y “Esplendor en la hierba”, porque
es un compendio de los valores estéticos, sociales, políticos y
morales del cine de calidad. Una película de un cineasta de origen
turco que inició su labor artística en el teatro de la mano de Lee
Strasberg,
adaptando con enorme éxito obras de autores como Tennessee
Williams
y Arthur
Miller.
Hasta que en 1945, Elia
Kazan
decidió dedicarse al cine dirigiendo una quincena de películas,
algunas, obras maestras, como “Viva Zapata” (1952), “La ley del
silencio” (1954), “Al este del Edén” (1955), “América,
América” (1963), “El compromiso” (1969) o “Un tranvía
llamado deseo” (1952). Un cine impregnado del sentimiento de
culpabilidad que Kazan
experimentó a lo largo de su existencia por haber delatado a sus
camaradas y colegas comunistas de Hollywood durante el macartismo.
Pero, igualmente, una filmografía que denuncia las taras de una
América que ama: la corrupción, el racismo, el poder, el
puritanismo, las clases sociales... “Esplendor en la hierba” es
todo eso, y sobre todo, una historia de amor enmarcada en la crisis
de 1929, y magníficamente subrayada con los versos del poeta
británico William
Wordsworth:
“aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba”…
En suma, una película de lacerante actualidad que no nos cansamos de
ver y admirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario