Nada
hacía presagiar que un rudo capitán de barco con marcada tendencia a la bebida
y una puritana misionera vivirían una extraordinaria aventura capaz de hacerles
cambiar sus respectivas existencias. Y sin embargo eso es lo que les ocurre a
Charlie (Humphrey Bogart) y Rose (Katharine Hepburn), dos perdedores
envueltos en los acontecimientos dramáticos de la Primera Guerra Mundial en un
alejado país de África oriental. Aunque en realidad esa circunstancia fue solo
el pretexto que condujo a John Huston
(1906-1987) a narrar una maravillosa historia de amor donde la fuerza de la
voluntad y la tenacidad son los instrumentos clave para vencer la adversidad
que ambos amantes encontrarán en este magnífico “Road Movie” o viaje
iniciático, rodado por el gran realizador estadounidense en 1951. Unos años
antes, John Huston ya había mostrado
toda su capacidad creadora y su interés por los personajes abigarrados y densos
en “El halcón maltés” (1941), su primer largometraje, “El tesoro de Sierra Madre” (1948) o en “Cayo
Largo”.
En esta ocasión Hepburn y Bogart se recrean en sus personajes y
están encantadores en sus respectivos papeles. Ambos veteranas estrellas
insuflan a la película un aire ligero y cómico que no desmerece en ningún
momento la acción. La química entre ambos es perfecta y la transformación de
polos opuestos a camaradas y amantes es armónica y convincente, aunque, gracias
al excelente guión de James Agee,
resultan de lo más divertido cuando se lanzan puyas el uno al otro. La
fotografía en color y las auténticas y fascinantes imágenes de la selva le
aportan a “La reina de África” un tremendo atractivo, y hacen de esta obra una
de esas películas en las que el espectador sale del cine sintiéndose mejor y de
buen humor. Algo impagable hoy.
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