René González, piloto cubano, roba un avión en el aeropuerto de La Habana y huye de Cuba para comenzar una nueva vida en Miami, dejando en la mayor isla de las Antillas a su querida esposa e hija. Otros desertores cubanos con iguales deseos le siguen algunos días después.
Desde enero de 1959, año en el que la revolución cubana liderada por Fidel Castro derrotó a la dictadura militar de Fulgencio Batista sostenida por Estados Unidos, este país ha sido la referencia ideal de muchas y muchos cubanos. Por otro lado, y tras imponer Estados Unidos un bloqueo económico, comercial y financiero a ese pequeño país desde la proclamación del carácter comunista de la revolución en 1961, todos los gobiernos yanquis que se han sucedido desde entonces, republicanos o demócratas, han promovido y subvencionado la emigración ilegal, ocasionando graves crisis políticas por ese asunto entre el gigante estadounidense y el diminuto David cubano.
Es, pues, en ese contexto de crisis política permanente entre EE.UU. y Cuba que el realizador francés Olivier Assayas (París, 1955), director de películas como París je t’aime (2006) o Carlos (2010), sitúa este interesante e intrépido thriller; eso sí contando la historia, basada en hechos reales y en el recomendable libro Los últimos soldados de la Guerra fría de Fernado Morais, desde un punto de vista inhabitual, y por ello sorprendente. Es decir, desde un punto de vista que se pretende objetivo y consecuente con la realidad de los sucesos expuestos. Y el todo, además, con el valor añadido de un elenco interpretativo para quitar el hipo: Penélope Cruz, Edgard Ramírez, Wagner Moura, Gael García Bernal, Ana de Armas y Leonardo Sbaraglia. Actrices y actores que encarnan con precisión y autenticidad a los personajes reales de la emocionante y bien ejecutada narración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario